Ridículo 1812 bordado

Os presento mi último proyecto, un ridículo de época regencia bordado que hice para regalar a una amiga recreadora.

Alrededor de 1800, con la llegada de las cinturas altas y las telas vaporosas, dejaron de usarse los bolsillos internos entre las clases altas (entre las clases populares aún siguieron existiendo hasta el siglo XX) y se empezaron a usar bolsos de mano de pequeñas dimensiones donde cabía lo básico que una dama necesitaba al salir de casa. Por cierto, que el nombre viene del francés «reticule», porque los primeros estaban hechos de malla.

Para hacer este ridículo usé un patrón de Sense and Sensibility y el modelo del bordado está calcado de un original que se conserva en el Rijksmuseum. Hasta ahí todo sencillo, pero el caso es que decidí que, ya que tenía hilo de bordar de seda (sí, seda de la de verdad de la buena) era el mejor momento para estrenarlo.

Ignorad las cintas, al final no las usé. Lo que tocaba era LA MARAÑA. Cuarenta colores de hilo de seda que llevan alrededor de cuatro años guardados en una caja porque me cansé de devanarlos (¿veis los que están enrollados en plastiquitos? pues eso lo tuve que hacer yo, uno por uno). Para no volverme loca elegí los colores y sólo devané esas madejas, el resto volvió a su caja.

Después descubrí que la tela que quería usar era una muy bonita y adecuada a la época: fina, delicada, casi transparente… y que si intentaba bordarla así iba a deformarla a la primera puntada, amén de que sólo con mirarla se deslizaba del sitio. Como es para un ridículo y no para un vestido, pude ponerle una base de batista de algodón para darle más resistencia. En la foto se puede ver el primer paso de sujetar una tela con otra y, ya de paso, trasladar el patrón sin que se retorciese: hilvanar por el borde, después de sujetar el patrón pinchando las alfileres en la guata de la tabla de planchar.

Siguiente paso: ¡vivan las anacrónicas mesas de luz!
En vez de tener que sujetar todo contra una ventana y rezar porque nada se moviese de sitio, pude trabajar sobre la mesa y sujetar la tela por zonas mientras marcaba con un lápiz. Y de ahí al bastidor.
Ahora ya puedo decir que coser con ese tipo de hilos de seda es a la vez fácil y difícil. ¿Por qué? Pues porque si todo va bien, las puntadas van a ser sencillas: cadeneta, punto de tallo, nudos franceses y punto de realce. El dibujo también es sencillo y bastante pequeño. Pero. Gran PERO. Ese hilo se engancha hasta en las asperezas de los dedos. Sin exagerar. Y se desliza sobre sí mismo hasta el punto que, o has apretado bien los nudos del comienzo, o se deshacen en la primera puntada. Al final he tardado más en los preparativos para bordar que en el bordado: echarse crema hidratante, esperar a que seque, limpiarme las palmas con un poco de agua y mucho cuidado para que no se manche el hilo ni la tela, montar la pieza en el bastidor y preparar el hilo.

Después de cogerle el truco, todo empieza a ir «como la seda», hasta que te rompes tres uñas y te enganchas cada dos minutos. Es un bordado pequeño, así que he tardado unas 10-12 horas en hacerlo completo (repartidas en varios fines de semana, porque sólo podía trabajar con luz natural).

Y aquí el bordado terminado, con la tela ya fuera del bastidor.

Después de esto, tocó cortar las piezas, hilvanar de nuevo, cortar un forro y coser y coser y coser. Excepto las costuras interiores, todo lo demás está hecho a mano.

Y el resultado final.

Me encanta cómo ha quedado, aunque como siempre hay cosas que haría de forma diferente si tuviera que repetirlo: cortaría la tela de refuerzo excepto en la zona donde es imprescindible, y cambiaría la forma de coser el forro. Sigo aprendiendo.

Y ahora ¡a seguir con el resto de proyectos!

Enagua n°1

Por fin he empezado a hacer la primera enagua para la crinolina elíptica.

He dado bastantes vueltas a cómo debería ser el patrón, porque no he encontrado mucha información sobre ello, ni histórica ni de otros recreacionistas. Al final me he decidido por adaptar el de la propia crinolina.

Y buscando papel para hacer el patrón me encontré con que ya había hecho la mitad del trabajo en el 2015 😅😅

Lo medí, me pareció que tenía poco vuelo y la cintura muy estrecha y lo reformé.

Lo bueno de las faldas de cuñas es que aprovechas muy bien la tela 😉

(Y sí, en la primera foto estoy sujetando el papel con lo que podía 🤣, para la segunda ya me había hecho unos pesos)

La pieza de la espalda no es más que un rectángulo porque ahí es donde va fruncida para dar soporte a la falda, así que no os la enseño siquiera.

Aquí la primera prueba sobre el maniquí. Al final la pieza central me quedó demasiado ancha en la cintura, pero se arregla con una tabla. El resto estoy encantada y ya he planchado las costuras para poder seguir cosiendo.

Cruzo los dedos para tardar menos de un mes en terminarla, que ya sabéis lo lenta que soy 🤣

¡Volvemos a la carga!

Después de meses sin tocar la máquina de coser más que para un par de cosillas no relacionadas con nada de lo que suelo enseñar en el blog, he vuelto a ponerme a trabajar. 2014, por falta de dinero y exceso de proyectos a medias va a ser el año de terminar cosas pendientes, aunque alguna cosilla nueva sí que va a salir 🙂

En cuanto a proyectos pendientes, estoy empezando a patronar la enagua para el traje de crinolina elíptica de 1865, cosiendo unos yukatas y haoris para BJD que tenía pendiente como regalo de cumpleaños de una amiga, y trabajando en organizar las cosas para terminar el traje de dama del siglo XIII y un par de cosas que le faltan a mi vestido regencia para poder usarlo en más ocasiones.

De cosillas nuevas, sólo una pero interesante, al menos para mí. Ya hace un par de años que quiero volver a hacer cosplay, pero con el trabajo que me dan los trajes históricos estaba siendo imposible (especialmente porque quería hacer algo a lo grande XD), hasta que este año he dicho «de aquí no pasamos» y me he liado la manta a la cabeza con algo sencillito para estrenar en las jornadas de manga, anime y videojuegos que hacen en León (Level up, por si alguien quiere mirarlo 😉 )

Así que con todo esto, no tardaré mucho en empezar a poner de nuevo cosillas online 🙂

Un descanso largo

Llevo desde que terminé el traje de exploradora sin tocar una aguja y sin ganas de ello, así que hasta que vuelva a coser la web estará parada. Puede que vuelva a hacer algo en un mes o dos, o puede que tarde un par de años como me ha pasado con el dibujo, así que no puedo decir cuánto va a durar el descanso.

Hasta pronto y gracias a todos por seguirme durante estos años :*

Explorando paso a paso III – el pantalón

A veces algunos proyectos hacen que te quieras dar de cabezazos contra la pared. Éste ha sido uno de ellos. No por el pantalón en sí, que ha sido muy fácil de hacer, porque usé un pantalón corto que me había regalado Xeniadono por si quería usar la tela, y sólo tuve que estrechar los laterales, ponerle una cinturilla y botones para cerrarlo, y después añadir en la tela que iba a quedar a la vista el resto de la pernera hasta el tobillo.
¿El problema? La máquina de coser. Decidió que la tela de la pernera (que también voy a usar para la falda) no le gusta y no va a coserla bien. ¿Solución? Como quería acabarlo rápido y sólo tenía que coser los laterales, lo cosí a mano.

Por cierto, el usar una tela diferente y más barata en las piezas que no quedan a la vista es una solución completamente histórica cuando no tienes suficiente dinero o suficiente tela. De hecho, cuando acabe con el traje y suba la entrada con toda la bibliografía y referencias, veréis un traje de este estilo hecho cortándole el bajo a un vestido y usando esa pieza sobrante para añadir a un pantalón.

Siguiente pieza: la falda

 

Un pequeño descanso

Al final mis cursos han podido comigo y si quiero ponerme al día tengo que darle un descansillo a la web. Volveré allá para medidados/finales de junio con un montón de cosas interesantes que he estado preparando 😉