Vestido de 1925 – Avance

Después de terminar la ropa blanca para 1925, toca ponerse con el resto del vestuario

Revisando la revista de la que saqué los patrones de la ropa blanca de 1925, me enamoré de este vestido. Además, resulta que es de crepé rosa y tenía tela de ese tipo y color entre las que había comprado hace tiempo, así que estaba convencida de que sería el vestido más sencillo que había hecho hasta el momento.

Craso error.

Resulta que tengo 2 metros de esa tela, pero al llevar la sobrefalda plisada, necesitaría más del doble.

¿Me desanimé y decidí buscar otro patrón? Ni hablar, yo quería ese canesú y que llevase sobrefalda, pero no había más patrones en la revista que se ajustasen (y para los que tuviese suficiente tela).

Al final decidí empezar a buscar un modelo para el bordado, que no venía en ese número, y mientras tanto ver qué podía hacer.

Después de darle vueltas y más vueltas al problema y de soltarle el rollo a mi madre (sabe coser también y suele ser a la que más doy la paliza con el tema), me decidí por modificar un par de elementos:
– Las mangas, porque todos los eventos a los que voy son en verano y entre los vestidos de paseo de ese número de La Moda Elegante los había que nos las llevaban
– La sobrefalda, que es la parte que más tela se lleva (tres veces el contorno de cadera para poder hacer el plisado), en lugar de hacerla como en ese vestido, decidí que quedaría casi igual de bonita con unos pliegues enfrentados a cada lado y me sobraría suficiente tela para hacer los bieses con los que rematar cuello y sisas.

Y en medio de la toma de decisiones del patrón, encontré un modelo de bordado precioso para el que tenía algo de material en casa y que además es muy sencillo, aunque como siempre tengo que liarme resultó que no tenía suficientes abalorios ni hilos. Por suerte en mi mercería habitual tenían una tintada igual del hilo de bordar (mis madejas tienen 30 años, los que llevéis tiempo en esto del bordado sabréis la odisea que puede llegar a ser encontrar el mismo color)

Siguiente paso una vez está todo decidido: modificar el patrón del cuerpo.

¡Sorpresa! Como hay cosas que es más fácil explicarlas a medida que las haces, he decidido ir grabando pequeños vídeos, aunque en ellos se puede ver que no tengo nada controlado 😆

Para la sobrefalda no hice patrón, ya que no es más que un rectángulo y en este momento aún estaba haciendo la prueba con tela de sábana para ver si la talla me valía.

Y como veis, me queda bastante bien, así que para este vestido no necesité hacer más modificaciones y ya estoy con la tela definitiva. Pero eso, para otra entrada 😜

Un poco de todo

¡Otra vez se me han pasado más de dos meses desde el último post!

En este tiempo no he terminado nada nuevo, pero estoy con varias cosas.

La falda de 1865 va poco a poco, le he probado la cinta de adorno y está pendiente de coser.

La enagua, que en teoría ya había acabado, está sufriendo mejoras (tres lorzas y un volante) para que la falda asiente mejor.

También he empezado con un cuello y puños bordados para este traje, con patrón original de La Moda Elegante.

Y por último, pero no menos importante, estoy aprendiendo técnicas de costura anteriores a la invención de la máquina de coser. Es muy interesante ver cómo ha ido evolucionando, desde 1827 (que es el libro más antiguo que tengo) hasta el día de hoy.

Ridículo 1812 bordado

Os presento mi último proyecto, un ridículo de época regencia bordado que hice para regalar a una amiga recreadora.

Alrededor de 1800, con la llegada de las cinturas altas y las telas vaporosas, dejaron de usarse los bolsillos internos entre las clases altas (entre las clases populares aún siguieron existiendo hasta el siglo XX) y se empezaron a usar bolsos de mano de pequeñas dimensiones donde cabía lo básico que una dama necesitaba al salir de casa. Por cierto, que el nombre viene del francés «reticule», porque los primeros estaban hechos de malla.

Para hacer este ridículo usé un patrón de Sense and Sensibility y el modelo del bordado está calcado de un original que se conserva en el Rijksmuseum. Hasta ahí todo sencillo, pero el caso es que decidí que, ya que tenía hilo de bordar de seda (sí, seda de la de verdad de la buena) era el mejor momento para estrenarlo.

Ignorad las cintas, al final no las usé. Lo que tocaba era LA MARAÑA. Cuarenta colores de hilo de seda que llevan alrededor de cuatro años guardados en una caja porque me cansé de devanarlos (¿veis los que están enrollados en plastiquitos? pues eso lo tuve que hacer yo, uno por uno). Para no volverme loca elegí los colores y sólo devané esas madejas, el resto volvió a su caja.

Después descubrí que la tela que quería usar era una muy bonita y adecuada a la época: fina, delicada, casi transparente… y que si intentaba bordarla así iba a deformarla a la primera puntada, amén de que sólo con mirarla se deslizaba del sitio. Como es para un ridículo y no para un vestido, pude ponerle una base de batista de algodón para darle más resistencia. En la foto se puede ver el primer paso de sujetar una tela con otra y, ya de paso, trasladar el patrón sin que se retorciese: hilvanar por el borde, después de sujetar el patrón pinchando las alfileres en la guata de la tabla de planchar.

Siguiente paso: ¡vivan las anacrónicas mesas de luz!
En vez de tener que sujetar todo contra una ventana y rezar porque nada se moviese de sitio, pude trabajar sobre la mesa y sujetar la tela por zonas mientras marcaba con un lápiz. Y de ahí al bastidor.
Ahora ya puedo decir que coser con ese tipo de hilos de seda es a la vez fácil y difícil. ¿Por qué? Pues porque si todo va bien, las puntadas van a ser sencillas: cadeneta, punto de tallo, nudos franceses y punto de realce. El dibujo también es sencillo y bastante pequeño. Pero. Gran PERO. Ese hilo se engancha hasta en las asperezas de los dedos. Sin exagerar. Y se desliza sobre sí mismo hasta el punto que, o has apretado bien los nudos del comienzo, o se deshacen en la primera puntada. Al final he tardado más en los preparativos para bordar que en el bordado: echarse crema hidratante, esperar a que seque, limpiarme las palmas con un poco de agua y mucho cuidado para que no se manche el hilo ni la tela, montar la pieza en el bastidor y preparar el hilo.

Después de cogerle el truco, todo empieza a ir «como la seda», hasta que te rompes tres uñas y te enganchas cada dos minutos. Es un bordado pequeño, así que he tardado unas 10-12 horas en hacerlo completo (repartidas en varios fines de semana, porque sólo podía trabajar con luz natural).

Y aquí el bordado terminado, con la tela ya fuera del bastidor.

Después de esto, tocó cortar las piezas, hilvanar de nuevo, cortar un forro y coser y coser y coser. Excepto las costuras interiores, todo lo demás está hecho a mano.

Y el resultado final.

Me encanta cómo ha quedado, aunque como siempre hay cosas que haría de forma diferente si tuviera que repetirlo: cortaría la tela de refuerzo excepto en la zona donde es imprescindible, y cambiaría la forma de coser el forro. Sigo aprendiendo.

Y ahora ¡a seguir con el resto de proyectos!

Hasta aquí hemos llegado

Tener que abandonar un proyecto se suele ver como un fracaso, pero a veces es lo mejor que se puede hacer.

En mi caso, tras volver a ponerme con todas las ganas a seguir bordando el juboncillo, la cosa se fue atascando y finalmente me he dado cuenta de que he cometido tantos errores con él que lo único que estaba haciendo era perder el tiempo y frustrarme.

Aquí me he quedado. Como podéis ver el avance ha sido casi nulo.

El error número uno ya lo arrastro desde el que empecé, y es no haber planificado el bordado. Por culpa de eso he acabado poniendo el cordón demasiado cerca del borde en varias zonas, con lo que no me queda sitio para poner ni las hojas ni el cordón que remata todos los bordes.

Ésto se podría arreglar si no se me juntase con el segundo error, que fue elegir una tela que no era la adecuada.

Al principio pensé que el único problema de elegir un paño de lana para hacer el juboncillo era que no era el tejido que usaría una dama, así que me encogí de hombros y decidí aprovechar que ya la tenía y que no me hacía falta gastar más dinero.

En realidad la cosa ha sido más complicada y ha resultado que al colocarla en el bastidor se deforma.

Quizá si hubiese planificado y hubiese bordado antes de cortar (otro error) esto no habría pasado, pero puede que sí.

Así que para evitarme más frustraciones y pérdida de tiempo que podría haber estado usando para otros trajes he decidido quitarle el poco bordado que he hecho, arreglar el trozo que se ha dado de sí, ponerle un forro y convertirlo en un juboncillo sencillo.

Quizá más adelante me anime a hacer el bordado, pero ya será con una buena planificación y cuando haya acabado otras cosas que aún tengo a medias.

Hacer y deshacer

Al final se me han liado las cosas con la mudanza y el mes pasado no fui capaz de hacer la segunda entrada porque no he hecho nada más que colocar cosas (y el estudio aún está tan desordenado que me irrita intentar trabajar allí ^^; ), pero espero que en ahora en febrero pueda ponerme al día.

Y a eso voy hoy, a poner al día un proyecto que ya tiene su tiempecito: un jubón que corresponde al traje que me hice para el aniversario de «La Pepa» allá en 2012.

Éste es el que usé como modelo:

Está expuesto en el museo del traje de Madrid, y las fotos las he sacado de la página web

¿Qué pasa con el jubón? Pues que cuando lo tenía ya a medio terminar de decorar fui al Museo del Traje de Madrid y vi el original… y decidí quitar toda la decoración y empezar de nuevo.

La razón, que tengo problemas con las escalas y todo en las fotos me parece más grande de lo que es si no vienen con referencias, y había usado lentejuelas que eran enormes en comparación con las originales.

Así que busqué algo que se pareciese más y descosí todo, y ahora vuelvo a empezar de cero.

Sí, es un engorro y es cansado, pero a veces merece la pena.

Picot tejido (otra variedad)

Colgante con bordado

Para esta semana en el TAST 2012 el nuevo punto era otra variedad de picot tejido. Como ya lo sabía hacer, decidí que era el momento perfecto para hacer una prueba y ver cómo quedaba un colgante con un bordado. La foto no me ha quedado muy bien, pero el colgante es precioso.
Bordado sobre paño de lana (70% lana, 30%acrílico) con hilo de lino y después pegado con cola para textiles al colgante de base. La perla es sintética. Los puntos que he usado son: picot tejido y punto «cast on«

Al día otra vez

Al final, a pesar de todos los problemas que me ha dado adaptar la web, me tenéis aquí dando caña antes de lo que pensaba, aunque con algunos cambios. Hasta enero del año que viene sólo habrá una actualización por semana, porque he tenido que apuntarme a clases de pilates para poner a tono la musculatura antes de empezar a vestir el traje de 1879 (con toda la tela que va a llevar, mínimo tres kilos) y porque no voy a tener mucho que contar hasta que me organice y empiece a trabajar de nuevo en serio… porque las vacaciones de costura han sido largas 😉
También me he embarcado en un par de proyectos extra (nanowrimo durante noviembre y dos webs más) que me van a comer algo de tiempo, y me he enganchado al Angry Birds XD

Y sin más dilación, empezamos con el TAST 🙂

Drizzle stitch

Está visto que entre más laboriosos los puntos más me gustan. El «drizzle stitch» no es exactamente difícil de hacer, pero lleva cierto tiempo acostumbrarse. Queda precioso en seda y aunque creo que no es precisamente un punto tan antiguo como 1812, voy a usarlo cuando por fin empiece a bordar mi ridículo.

Punto de ojal anudado

La traducción del punto de ojal anudado no es oficial, es que me gusta usar nombres en castellano y esta era fácil de hacer 😉 En la foto es el punto trabajado en algodón negro y seda azul. Otro punto sencillo que no estoy segura de llegar a usar más allá de los dechados.

Beaded hedebo edge

Este no es exactamente un sólo punto. El «beaded hedebo edge» se trabaja como si estuvieses haciendo una presilla de hilo para un botón, pero más ajustada y con una cuenta entre cada una. En la foto podéis ver la prueba que hice para usarla como «peso» para mejorar la caída de un velo de escala 1/4, pero puede usarse perfectamente para ocultar uniones entre telas en crazy quilting o simplemente para hacer una línea de adorno.

Knotted loop stitch

¿A que el «knotted loop stitch» parece un cienpiés? 🙂 Este es de los poco puntos que, a pesar de ser facilones, me gusta mucho.

Italian border stitch

Un punto gracioso pero que no me acaba de convencer. El «Italian border sitch» parece dar mucho juego a otras personas, pero en mis bordados aún no le he encontrado un uso decente.

Buttonhole wheel cup

Me encanta el bordado que queda elevado de la tela, así que el «buttonhole wheel cup» tenía que ser de mis favoritos. En la foto podéis ver la pequeña muestra que me ha dado tiempo a trabajar esta semana para ir aprendiendo, pero seguro que veréis más en otros bordados que haga 😉

¡Ah! Casi se me olvida comentar que por fin he terminado el curso de patronaje industrial, con un «apto» en el exámen. ¡Soy libre! 😀

Se acabaron las vacaciones

Y volvemos con lo que acabamos: el TAST 2012

La mayor parte de los puntos nuevos están bordados durante lo que va de semana, ya que al final durante todo el tiempo de descanso no hice nada de nada; eso sí, ahora vuevo despejada y más animada que nunca. Ya os podéis preparar 😉

 

Algerian Eye Stitch
Al final lo he hecho en la banda de aída que tenía por casa, quedaba mejor para poner en el minidechado que si lo hacían en el lino. Es fácil de hacer y queda muy bonito y «exótico»

 

Y el resto han ido todos a completar la tela en la que hice el punto ostra y «punto vasco», por falta de tiempo.

Cast on stitch
Como todos los puntos en los que hay que hacer varias vueltas sobre la aguja, nunca sé si lo estoy haciendo bien con la tensión del hilo.

Punto pequinés
Éste ya lo conocía desde EGB 😉 Es fácil y rápido, y queda bonito para hacer líneas gruesas.

Linked double chain stitch
Otro de esos puntos de los que ni encuentro la traducción. Rápido de trabajar aunque siempre me despisto y acabo haciendo cadenetas XD

Sheaf stitch

Es fácil de hacer, pero no me gusta. Como mucho lo veo para hacer estrellitas y ya.

Punto pistilo

Éste es otra cosa, se trabaja igual que el nudo francés pero le queda el rabito ese tan gracioso 🙂

 

 

Up&down buttonhole stitch y juboncillo

Up and down buttonhole stitch

Como de costumbre, tan sólo unas puntadas para ver cómo va el punto del TAST de esta semana 🙂

Ya comenté que a partir de este jueves iba a haber actualizaciones sobre el bordado del juboncillo de «La Pepa». Las fotos no son lo mejor del mundo y no soy capaz de sacar el color real de la tela, pero aquí podeis ver cómo va la cosa:

Juboncillo 1812

He de decir que es más fácil y rápido de lo que pensaba, incluso el coser las lentejuelas. No estoy usando la técnica del siglo XVIII para hacerlas porque no tengo los materiales necesarios, pero queda bastante similar y tan extravagante como la original XD

Aprovecho también para meter aquí lo que debería haber salido el domingo y no pudo ser 🙂 Ya estoy por fin terminando el cuerpo del traje de baño de 1878. He tenido que descoserle las mangas porque el hombro era demasiado ancho y también he ajustado el frente para que cerrase bien; ahora sólo me queda volver a montar las mangas, hacer la vista para el cuello y el delantero, hacer ojales y botones, hacer el bajo y coser las cintas de adorno (nada y menos, a que sí xD) y en cuanto termine con ello ya a empezar con la ropa interior de esa misma época. Fotos en cuanto pueda, y con un poco de suerte también fotos decentes del traje de «La Pepa»  completo pero sin juboncillo, que no hacen más que retrasarse 🙂

Bonnet stitch

Bonnet stitch

El punto de esta semana del TAST me ha costado «dios y la ayuda» entender exactamente cómo se hacía, pero una vez conseguido ha sido coser y cantar 🙂

Y aprovecho que esto va de bordados para avisar que por fin me voy a poner a bordar el juboncillo que quería hacer para La Pepa y a partir de ahora el jueves será día de enseñar avances 🙂