Vestido crepe rosa 1925

(Nota: esta entrada se publicó en diciembre del año pasado, pero por alguna razón se ha despublicado sola 🤔)

Estoy de vuelta, esta vez esperando durar más tiempo.

Mi idea había sido publicar esta entrada entre enero y febrero de 2021, nada más terminar el vestido, pero ha llegado el día de hoy y no he sido capaz de hacerme unas fotos con él puesto  Al final entre unas cosas y otras, cambio de rutinas por la vuelta a (más o menos) la normalidad tras las restricciones de la pandemia, pues he seguido cosiendo pero no he llegado a poner al día la web. Ahora tengo unas cuantas cosas acabadas, y toca un regreso por todo lo alto.

En la última entrada nos quedamos en la prueba en tela de sábana, que es lo primero que hago cuando utilizo patrones antiguos. Después de un año no recuerdo el proceso con mucho detalle, pero fue un vestido muy sencillo de coser y simplemente comentaré las pocas dificultades.

A lo que más vueltas tuve que dar fue a cómo colocar los patrones en la tela para aprovecharla al máximo. Necesitaba que me sobrase suficiente para hacer el canesú y para un bies y, si había suerte, para hacer un cinturón.

El bordado del canesú fue fácil, la tela es bastante translúcida y bastó con colocar el patrón dibujado completo debajo y calcar con un bolígrafo de esos que se borran con calor. En la imagen podéis ver la prueba que hice para ver qué tipo de puntos usar y si quedaba como me lo imaginaba. Y sí, de ahí al definitivo.

Por cierto, si tenéis que planchar un bordado y no queréis que se aplaste, el truco de mi madre es colocar una toalla doblada sobre la tabla, colocar la tela sobre ella y planchar por el revés .

La sobrefalda y falda van hilvanadas juntas y cosidas al cuerpo a la vez, con la costura interior planchada hacia abajo para que no se vea. Debería haber aprovechado el sobrante del cuerpo para rematarlo y que no se deshile, pero deje sólo un centímetro y no me quedó otra que hacerle un sobrehilado 

Para coser el canesú al vestido, dejé el hueco sin coser pero marcado con hilo. Cuando el bordado estuvo terminado, con las costuras dobladas debajo, lo coloqué en su sitio con alfileres. Después corté por el centro del cuerpo para tener mejor acceso y lo hilvané y cosí a máquina.

Ahí ya solo quedaba hacer los bieses, rematar con ellos el cuello y las sisas y coser el bajo.

Realmente lo que más tiempo me llevó fue hacer el bordado, lo demás (obviando que tuve que pasar hilos flojos para marcar todas las costuras e hilvanar antes de coser, que esta tela se mueve del sitio solo con mirarla) fue muy rápido.

Al final no me sobró suficiente tela para el cinturón, así que tengo pendiente buscar una tela que combine para añadirlo.

He de decir que estoy muy contenta con el resultado. No solo lo voy a usar para recreación, sino que seguramente me lo ponga algún verano para salir cuando tenga que ir «arreglada».

Vestido de 1925 – Avance

Después de terminar la ropa blanca para 1925, toca ponerse con el resto del vestuario

Revisando la revista de la que saqué los patrones de la ropa blanca de 1925, me enamoré de este vestido. Además, resulta que es de crepé rosa y tenía tela de ese tipo y color entre las que había comprado hace tiempo, así que estaba convencida de que sería el vestido más sencillo que había hecho hasta el momento.

Craso error.

Resulta que tengo 2 metros de esa tela, pero al llevar la sobrefalda plisada, necesitaría más del doble.

¿Me desanimé y decidí buscar otro patrón? Ni hablar, yo quería ese canesú y que llevase sobrefalda, pero no había más patrones en la revista que se ajustasen (y para los que tuviese suficiente tela).

Al final decidí empezar a buscar un modelo para el bordado, que no venía en ese número, y mientras tanto ver qué podía hacer.

Después de darle vueltas y más vueltas al problema y de soltarle el rollo a mi madre (sabe coser también y suele ser a la que más doy la paliza con el tema), me decidí por modificar un par de elementos:
– Las mangas, porque todos los eventos a los que voy son en verano y entre los vestidos de paseo de ese número de La Moda Elegante los había que nos las llevaban
– La sobrefalda, que es la parte que más tela se lleva (tres veces el contorno de cadera para poder hacer el plisado), en lugar de hacerla como en ese vestido, decidí que quedaría casi igual de bonita con unos pliegues enfrentados a cada lado y me sobraría suficiente tela para hacer los bieses con los que rematar cuello y sisas.

Y en medio de la toma de decisiones del patrón, encontré un modelo de bordado precioso para el que tenía algo de material en casa y que además es muy sencillo, aunque como siempre tengo que liarme resultó que no tenía suficientes abalorios ni hilos. Por suerte en mi mercería habitual tenían una tintada igual del hilo de bordar (mis madejas tienen 30 años, los que llevéis tiempo en esto del bordado sabréis la odisea que puede llegar a ser encontrar el mismo color)

Siguiente paso una vez está todo decidido: modificar el patrón del cuerpo.

¡Sorpresa! Como hay cosas que es más fácil explicarlas a medida que las haces, he decidido ir grabando pequeños vídeos, aunque en ellos se puede ver que no tengo nada controlado 😆

Para la sobrefalda no hice patrón, ya que no es más que un rectángulo y en este momento aún estaba haciendo la prueba con tela de sábana para ver si la talla me valía.

Y como veis, me queda bastante bien, así que para este vestido no necesité hacer más modificaciones y ya estoy con la tela definitiva. Pero eso, para otra entrada 😜

Ropa blanca 1925

Hoy toca cambio de siglo. Habitualmente me muevo por el XIX, pero en diciembre de 2019 conseguí hacerme con un ejemplar de La Moda Elegante de agosto de 1925 con patrones en perfecto estado y decidí que 2020 sería el año perfecto para hacerme un conjunto sencillo de los locos años 20 😁

En un principio no iba a empezar con esto hasta septiembre, pero con el tiempo que he ahorrado al teletrabajar y no poder (ni querer) salir de casa durante el estado de alarma, había terminado el juboncillo sin mangas y un par de cosas de ropa de diario y necesitaba algo sencillo para compaginar con los otros proyectos en los que aún estoy en fase de pruebas de patrón, así que lo adelanté.

El patrón corresponde a la camisa y pantalón de arriba a la izquierda

Lo primero para cualquier época es empezar por la ropa interior y, en los años 20, lo más básico era la «ropa blanca». Yo me decanté por camisa y pantalón, ya que era el patrón que tenía, y decidí que la decoración iba a ser la más sencilla: puntilla y una cinta.

Sacar los patrones fue la odisea mayor, porque aunque son del mismo tipo que los de otras épocas (es decir, igual a los de las revistas de patrones modernas, pero todas las líneas en negro), aquí han puesto demasiados patrones por hoja y llega un momento que ya no distingues unas lineas de las otras.

Mi truco suele ser llevar el patrón a una copistería y que me lo fotocopien (ojo, buscad un poco porque la mayoría de copisterías no hacen este tamaño, y de las que lo tienen, el precio se puede estar en un rango de 3€ a 20€ por copia), y después marcar las líneas que me interesan con rotuladores fluorescentes de diferentes colores.

Después ya la cosa fue tan rápido que la camisa la hice en un solo día.

El pantalón son solo dos piezas, una por cada pata y en la cintura se hace un dobladillo, dejando un trocito sin coser para poder ponerle una goma. Como es una prenda que se va a lavar con frecuencia, todas las costuras las hice francesas, y las puntillas las cosí con una técnica de la época que saqué del libro «Underwear and lingerie», que encontré gracias a Lina de la web Sew Historically.

Para la camisa usé las mismas técnicas, aunque antes de coser nada la hilvané para asegurarme de que podía ponérmela por la cabeza, porque no lleva aberturas. En el escote hice un dobladillo un poco más ancho para evitar que la tela se deformase con el uso y puse un entredós con una cinta.

Para colocar los tirantes simplemente doblé los extremos de modo que quedasen en la parte interior y los cosí al dobladillo con punto de lado.
En la foto podéis ver cómo lo coloqué, es el de abajo.

Y con esto ya estaba lista para empezar a hacerme el vestido. Pero esa odisea será narrada en otra ocasión 😉